¿Para qué sirve un corrector literario? Por analogía semántica, parece obvia la respuesta: si un lavavajillas sirve para lavar la vajilla y un cortaúñas sirve para cortar las uñas, un guardabosques para guardar los bosques y un aparcacoches para aparcar los coches, damos por hecho que la tarea del corrector literario es corregir manuscritos literarios. Era fácil, ¿verdad? :–)
No obstante, no viene nada mal profundizar un poco en el asunto, pues muchas personas tal vez se pregunten hasta qué punto llegan las obligaciones de un corrector literario.
Empezaremos diciendo que contar con los servicios de un corrector de textos denota un interés encomiable por parte del autor o de los autores en que su obra presente una calidad óptima (al menos formalmente) para aumentar las posibilidades de que el lector le dé una buena acogida.
¿Quién es el corrector de textos?
El corrector literario es el profesional del lenguaje que se va a encargar de revisar y mejorar el texto desde diferentes francos, léase la ortografía, la gramática, el estilo, la coherencia, la estructura, el vocabulario, etc. Su objetivo será aliviar el texto de errores ortográficos, sintácticos, gramaticales y tipográficos que puedan afectar a la comprensión y credibilidad del texto.
Por si hiciera falta decirlo, por mucho que se esmeren los autores rara vez parirán textos –sobre todo si tienen cierta extensión y complejidad– libres de repeticiones, ambigüedades, redundancias, incongruencias y otros vicios del lenguaje. Y en no pocos casos los escritos son un escaparate desastrado en el que podemos encontrar por doquier, página a página, los errores antes citados y otros muchos más.
Tareas específicas que entran en las competencias de un corrector literario profesional
Enumeramos cuáles son algunas de las tareas que puede realizar un corrector de textos.
- Enriquecer el vocabulario de la obra, evitando el uso de palabras inadecuadas, coloquiales o demasiado simples para el género y el público al que va dirigido el texto.
- Potenciar la voz narrativa del texto, respetando la personalidad y la intención del autor, pero mejorando la fluidez, el ritmo, el tono y la expresividad de la prosa.
- Adecuar el texto a las normas editoriales y tipográficas que se requieren para la publicación del manuscrito, como el formato, la tipografía, las citas, las referencias, etc. Su trabajo no solo consiste en corregir errores ortográficos y gramaticales, sino también en mejorar el estilo y la coherencia del texto.
¿Cuántos tipos de corrección literaria hay?
Aunque puedan citarse más tipos de corrección literaria, diríamos que básicamente hay dos: la corrección ortográfica, que se encarga de analizar y detectar fallos ortográficos y gramaticales; y la corrección de estilo, más profunda y exhaustiva que la anterior. Una corrección de estilo comprende la corrección ortotipográfica, pero al mismo tiempo concede al corrector la libertad de intervenir de manera más generosa, hasta el punto de que puede reformular frases o incluso eliminarlas (si son innecesarias), así como verificar la presentación de la información, en aras de mejorar la comprensión y la elegancia del texto. Y llegado el momento podría incluso informar al autor de incoherencias argumentales del escrito, o investigar si los datos incluidos en el manuscrito son correctos. (Conviene hablar de esto a la hora de solicitar un presupuesto, para que luego no haya sorpresas. Cuantas más tareas deba hacer el corrector, más probabilidades hay de que suba el precio de su trabajo).
En fin, un corrector literario sirve para mejorar el lenguaje de los textos literarios. Y si tenemos en cuenta que la literatura se construye a partir del lenguaje, el beneficio que recibe un escrito después del trabajo realizado por un corrector profesional puede ser mucho.
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