¿De qué hablamos cuando hablamos del estilo literario?
Como corrector de textos uso el sustantivo “estilo” en el día a día. Es para mí tan habitual esta palabra, este concepto, como lo es un fogón para un cocinero. Ahora bien, las personas que no se dediquen al mundo de las letras, o que estén dando sus primeros pasos en la escritura creativa, quizá se pregunten qué es el estilo.
Por decirlo de manera sencilla, el estilo es la manera particular en que un autor o autora usa el lenguaje para expresar sus ideas y crear su obra. El estilo literario es su carácter, su personalidad, a la hora de escribir. Aquí entran en juego los consabidos recursos lingüísticos y literarios, el ideal de belleza, la elección del léxico, la puntuación, la preferencia por las frases largas o cortas, la sintaxis, la voz narrativa, el tono, la atmósfera, los diálogos, etcétera.
Pensad en vuestros escritores preferidos. Concluiréis que todos ellos tienen su propio estilo, ciertas características que los definen. Pues eso.
En fin, son tantos los elementos que conforman el estilo literario, que resumirlos en pocas líneas se antoja complicado. Dejémoslo en que es esa marca distintiva a la hora de pergeñar palabras, frases y estructuras de oraciones con el objetivo de transmitir emociones y crear imágenes para conectar con el lector…
A modo de ejemplo: un autor o una autora puede tener un estilo barroco (o minimalista), ser muy descriptivo (o conciso y directo), optar por un léxico sencillo (o muy culto), un discurso narrativo sereno (o vibrante), etc.
Todas estas variables (hechas de palabras, ideas y gustos) acaban por conformar la forma de escribir de un autor, y eso es precisamente el estilo. (Pero no olvidemos que un autor puede traicionar su estilo habitual si considera que determinado texto así lo exige).
El estilo no solo es cosa de una persona
Suele pensarse en el estilo como algo propio de un escritor o escritora, pero también podríamos hablar del estilo de una obra literaria, de una escuela o grupo artístico, de un movimiento cultural, de un periodo, de una revista o un periódico, etc.
¿Y cuál es la tarea del corrector de estilo?
Básicamente, mejorar el nivel formal del texto sin cambiar el estilo del autor. Un corrector no debe adaptar el estilo de su cliente según sus propios gustos (los del corrector, quiero decir). O sea, que si el autor escribe de manera ampulosa, o minimalista, o con frases muy largas (o todo lo contrario, da igual), debe respetar esa elección expresiva y limitarse a corregir los errores lingüísticos (que no es poca cosa), sin cambiar el estilo del manuscrito. El corrector debe centrarse en mejorar un estilo de escritura, no en cambiarlo.
Bien, pues esperemos que este post de correctorliterario.com os haya ayudado a comprender mejor de qué hablamos cuando hablamos del estilo literario. :–)
Francisco Rodríguez Criado
Imagen: danielsampaioneto (Pixabay)
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